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domingo, 24 de octubre de 2021

EL VALLE DE LOS SAUCES.

III.

EL VALLE DE LOS SAUCES. 

FRAGMENTO DE NOVELA PASTORIL.

EL VALLE DE LOS SAUCES. FRAGMENTO DE NOVELA PASTORIL.


La fama del próximo casamiento de Fileno con la sin par Teolinda había atraído muchedumbre de pastores extranjeros al valle de los sauces que resonaba continuamente con alegres tañidos y amorosas canciones. El nombre de la pastora, retrato vivo de un ángel, y cifra de toda la hermosura creada, era el tema de los versos que se cantaban, y el de su querido el objeto de las lisonjas que le dirigían. Él entretanto sumergido en sus placenteras ilusiones, pisando casi el umbral de su ventura, caminaba a lentos pasos como para saborear a solas el último sorbo de la esperanza, licor exquisito que el cielo derrama para embriagar a los mortales; así es que sin apercibirse de ello vióse metido en el enmarañado bosque donde tenía su cabaña el mago Orfenio, y un terror vago e indefinible le sobrecogió de tal suerte que echó a correr para salir de aquel desagradable recinto, mejor guardado con el nombre de su dueño que con doble seto de entretejidos zarzales. Traspuesto ya el sol, la amortiguada luz del crepúsculo no hendía el espeso ramaje que a manera de toldo cubría las encrucijadas y vericuetos del bosque, cuando entre las sombras vio levantarse un bulto negro que le amedrentó, cual si se viera en campo raso acometido de hambriento lobo, y ni tuviese un arma ni un ñudoso bastón para defenderse. 

¿A dónde corres desalentado? le dijo el mago. El tiempo se precipita como un neblí sobre la garza, y la necia remonta su vuelo para encontrarle más pronto. Antes de llegar al florido vergel en que soñabas has de atravesar una selva desierta, erizada, espantosa, ¿y corres para entrar en ella? Pastor, yo puedo convertir en un ramo de ajenjos tu guirnalda de flores: no te apresures a ceñirla, porque al tocar tus cabellos se marchitará. Sin duda se te ha trascordado el día que con Leriano y Simplicio cazabais en la falda de aquel monte y visteis descarriada una cervatilla mía; ellos no se atrevieron a herirla, y tú la tiraste una flecha sin pensar que podía retroceder hasta tu corazón. Sin duda se te han trascordado algunas de tus tiernas pláticas con la zagala más bella que alumbran los rayos del sol, y yo quiero volvértelas a la memoria. ¿No recuerdas que Teolinda te dijo que yo la amaba? No recuerdas lo que me respondió? 

Que yo era viejo y áspero como la corteza de una encina, que yo era negro como las alas de la noche y feo al par de un sátiro; y vosotros reíais desatentados, sin pensar que el eco repetía vuestra risa en las concavidades de mi gruta, sin pensar que yo también debía reír alguna vez. Oh! vosotros creéis que vuestro día se acerca... el mío ha llegado. 

Estas palabras helaron de espanto el corazón de Fileno y destruyeron de un golpe todas sus ilusiones, así como un furioso pedrisco arranca en pocos momentos las yemas todas de un almendro florecido. Como la ovejuela que el zagal quiere encerrar en su aprisco, dejábase llevar Fileno del mago, que asiéndole por el brazo le conducía a su gruta. Hallábase esta en medio del bosque, espinosos matorrales formando una bóveda sombría ocultaban su boca aterradora como la de una sima cuya profundidad no ha podido sondarse, aislado descollaba ante ella un altísimo ciprés como un centinela gigantesco, y a sus pies corría por entre brezos y carrascas un bramador torrente que no muy lejos vomitaba sus aguas en un barranco. En sus cristales hizo el mago reflejar la siniestra luz de un montón de hojarasca encendida, y con voz imperiosa ordenó al pastor que mirase en ellos. Una lozana rosa parecía desplegar debajo de aquel velo transparente sus hojas de riquísimo carmín, un insecto dañino se acerca con traidora precaución, roe su tallo y la reduce a polvo en un memento. 

El pastor, que arrebatado de su hermosura por secreto impulso había sumergido su brazo para cogerla, sacó un puñado de cieno. Atroces desventuras anunciaba aquella misteriosa visión, y fueron comprendidas; mas no paró aquí su desdicha. Una extraordinaria sed le abrasaba las fauces y bebiendo de aquella agua, que estaba encantada sin saberlo, se imposibilitó de trasladar al labio la relación de suceso tan horrible, y aun de indicar con sus ojos y semblante las acerbas congojas que desgarraban su corazón. 

En tanto el valle de los sauces resuena con la acostumbrada alegría: el susurro de apacible risa retozando con las plateadas hojas de los álamos, de olorosos sándalos y frescos alisos: el murmullo de un cristalino riachuelo que hacía reverberar en su tersa superficie la temblorosa luz de las estrellas, como si arrastrase en su curso millares de lentejuelas: el son de las esquilas; los tiernos balidos de los corderillos jugueteando al lado de sus madres esparramadas por la vasta dehesa; el concierto de los rabeles y zampoñas qué no ahogaban los trinos de la flautilla de Leriano, émula de los ruiseñores; todo esto inunda de armonía aquel deleitoso valle, y acompaña perfectamente las amorosas pláticas de una tropa de gallardos pastores y lindísimas zagalas que sentada en el florido césped, a la redonda de un tilo corpulento coronado de festones, aguarda la venida de Fileno, para celebrar con vistosas danzas la envidiada dicha de los futuros esposos. Allí se encontraban Leriano y Simplicio al lado de Albanisa y Florela, Galafron que había desquijarrado un oso, Lausso el desdeñado de Arsía, Belisarda que le miraba con ojos tiernos, Siralvo y Fílida, Galatea la de las doradas trenzas, Cardenio que apacentaba el rebaño más numeroso, y Olimpio el corredor más ligero de aquellas cercanías. Hermosa Teolinda con sus quince abriles, sus ruborosas mejillas, su ensortijada cabellera, sus ojos respirando el fuego de un amor puro, y su pecho la candidez de una alma inocente sobresalía entre sus compañeras, como su querido se aventajaba a los demás pastores. La azulada bóveda de los cielos extendiéndose, cual inmenso cenador cubierto de una enredadera de jazmines, mostraba por flores sus luceros, y brillando en medio de ellos, la luna, tan esplendorosa como si intentara hacer olvidar la ausencia del día, representaba en el cielo una imagen de la belleza de Teolinda en la tierra. 

No tardó Fileno en llegar si bien eran sus pasos más mesurados de lo que en tal ocasión convenía; ella abrió luego sus nevados brazos para recibirle y con voz halagüeña y gentil donaire, exclamó: Otras veces el deseo ponía alas a tus pies cuando a verme venías, mas hoy no te has fatigado en correr porque tenías seguro el premio. - Premio...! repitió él. - ¿Qué, no estás contento de tu fortuna? - Fortuna...! Oh! yo no la esperaba, añadió con un acento involuntario que expresaba la satisfacción del alma en vez de acerba ironía. - ¿Y quién sino tú pudo merecerla? - Merecerla...? No, yo no merecía que el cielo me ofreciese esta copa de felicidad... Esforzábase a continuar, para quebrarla en mis labios, pero sus dientes se cerraron y no pudo articular la última frase. 

- Querido Fileno qué deliciosa va a ser la vida mía! - Vida mía! - El pecho del pastor semejaba ser de piedra hueca, y repetía con el mismo acento de ternura unas palabras que en él amargamente se hundían. Llegáronsele en esto sus amigos y dábanle el parabién de tanta dicha, muy lejos de recelar que sus felicitaciones fuesen como aquellas armas traidoras que abren mortales heridas sin sacar una gota de sangre del corazón

Horrible fuera ver el de Fileno en aquel trance: en su pecho estaba impresa una imagen de muerte cubierta empero con un cendal de oro y seda. La maravillosa virtud del ponzoñoso brebaje concentraba su inmenso dolor en el fondo de su alma, y no dejaba reflejar siquiera una huella en su fisonomía. Su rostro no era entonces más que una mascarilla que le sofocaba, pero estaba pintada en ella una expresión de inefable regocijo: semejaba un condenado revestido de una nube de gloria. Horrible fuera oírle cuando no podía pronunciar sino palabras dulces y melodiosas, al mismo tiempo que estallaban las fibras de su corazón y una corriente de hiel circulaba por sus venas. Empujado por un maligno genio a la voluptuosa danza, estrechaba la suave mano en que cifraba sus más risueñas esperanzas, y la idea de aquellos torneados dedos convertidos en áridos huesos y de aquel flexible talle en descarnado esqueleto anidaba como una ave carnicera en su fantasía. Poco después al pie del tilo descansaban entrambos: Teolinda más jovial que nunca se abandonaba sin reserva a las dulces emociones de su alegría, con infantil sonrisa atravesaba una región de luz, creía en el porvenir, soñaba en la vida, en una vida tan hermosa cuanto podían embellecerla los prestigios de la esperanza, las auroras del amor y los delirios de la juventud. Extasiado la contemplaba Fileno porque nunca le había parecido tan discreta, tan candorosa, tan hechicera. En aquel momento recordaba el triste todas sus ilusiones que como falsos amigos venían a escarnecerle en su último adiós. Mientras tanto deslizándose por entre la yerba, se acercaba cautelosamente un escorpión a los pies de la pastora, y una a una veíanse marchitas todas las flores que tocaba. Divisóle Fileno estremecido, probó a levantarse para aplastarle y estaba inmóvil como el tronco en que se había sentado, quiso gritar y estaba mudo como las flores que se marchitaban; su cabeza entonces cayó sobre el cuello de su adorada y ella creía que sus lágrimas eran de ternura. De repente callaron los pastoriles instrumentos, los que bailaban cesaron despavoridos, y algunas voces exclamaron llenas de terror: ¡el mago! al mismo tiempo dio Teolinda un grito agudísimo... Alzó los ojos Fileno y vio a lo lejos escurrirse una sombra, un cadáver entre sus brazos y un insecto venenoso a sus pies. 

domingo, 2 de junio de 2019

JORNADA CUARTA. NOVELA OCTAVA.

Girólamovol a Salvestra; espentat per los rogs de sa mare sen va a París, torne y la trobe casada; entre a amagatóns a casa y se quede mort a la seua vora, y portat a una iglesia, Salvestra tamé se mor a la seua voreta.

Habíe acabat la história de Emilia cuan, per orden del rey, Neifile va escomensá aixina: algúns, al meu juissi ñan, valeroses siñores, que mes que l’atra gen creuen sabé, y menos saben; y per naixó no sol als consells de los homes sino tamé contra la naturalesa de les coses pretenen oposá lo seu juissi; de esta presunsió han sobrevingut ya grandíssims mals y may se ha vist víndre cap be. Y perque entre les demés coses naturals es l´amor la que menos admitix lo consell o la acsió que li siguen contraris, y la seua naturalesa es tal que antes pot consumís per sí mateix que sé arrencat per cap consell, me ha vingut al ánimo narrátos una história de una Siñora que, volén sé mes sabuda de lo que debíe y no u ere, creén del enamorat cor arrancá l´amor que potsé allí habíen ficat los estels, va arribá a arrancáli en un mateix pun l´amor y l´alma del cos a son fill.
Va ñabé, pos, a la nostra siudat, segóns los agüelos conten, un grandíssim viachán y ric de nom Leonardo Sighieri, que de la seua dona va tíndre un fill de nom Girólamo. Después del seu naiximén, arreglats los seus assuntos, va dixá esta vida. Los tutós del chiquet, jun en la mare, van administrá be los seus bens. Lo chiquet, creixén en los chiquets dels atres veíns, mes que en cap atre del barri en una chiqueta de la seua edat, filla de un sastre, se va familiarisá; y passán los añs, lo trate se va convertí en un amor tan gran y fort que Girólamo no se trobáe be si no veíe lo que veíe ella; y sértamen no la volíe menos de lo que ella lo volíe an ell.
La mare del sagal, acatánsen de aixó, moltes vegades lay va reprochá y lo va castigá; y después de queixás als seus tutós (no podén contíndres Girólamo), com se creíe que per la gran riquesa del fill podíe demaná peres al olm, los va di:
- Este sagal nostre, que encara no té catorse añs, está enamorat de la filla de un sastre que se diu Salvestra, si no lay traém de dabán, probablemen la pendrá per dona sense que dingú u sápigue, y yo may estaré contenta; o se consumirá per nella si la veu casás en un atre; y per naixó me pareix que per a evitá aixó lo tindríem que enviá an alguna part llun d´aquí, al cuidado de los negossis per a que, dixán de vore an ésta, se li desaparegue del pensamén y se li podrá después doná per dona alguna jove ben naixcuda.
Los tutós van di que la Siñora díe be y que faríen lo possible, y fen cridá al sagal al almassén, va escomensá a díli un, mol amorosamen:

- Fill meu, ya eres gran; bo sirá que escomensos tú mateix a velá per los teus negossis, per lo que mos contentaríe mol que anigueres un tems a París, aon vorás cóm se trafique en gran part de la teua riquesa; sense contá en que te farás mol mes cortés y de mes valor allí que aquí u faríes, veén an aquells Siñós, Baróns y gentilhomes (que allí ñan tans) y adeprenén les seues costums; después podrás torná aquí.
Lo sagal los va escoltá y va contestá que no volíe féu perque pensáe que igual que los demés, podíe quedás a Florencia. Los honrats homes, al sentíli aixó, li van insistí en mes paraules; pero no podén tráureli datra resposta, a sa mare lay van di. Ella, mol enfadada, no perque no volíe anássen a París, sino per lo seu enamoramén, lo va insultá; y después, ablanínlo en dolses paraules, va escomensá a afalagál y a rogáli tendramen que faiguere alló que volíen los seus tutós; y tan va sabé díli que ell va consentí en anássen a está allí un añ, pero no mes; y aixina se va fé. Anánsen, pos, Girólamo a París enamorat, diénli avui no, demá ten anirás, allí lo van tíndre dos añs; y tornán mes enamorat que may va trobá a la seua Salvestra casada en un bon jove que fée tendes, y se va ficá mol trist. Pero veén que no podíe sé d´atra manera, se va esforsá en tranquilisás; y espián cuán estáe a casa, segóns la costum de los joves enamorats va escomensá a passá dabán de ella, creén que no lo habíe olvidat. Pero ella no sen enrecordabe de ell, com si may lo haguere vist, y si sen enrecordáe, fée vore lo contrari. Lo jove u va vore enseguida, en grandíssim doló, pero no per naixó dixabe de fé tot lo que podíe per a torná a entrá al seu pit; pero com res pareixíe conseguí, se va disposá, encara que fore la seua mort, a parláli ell mateix. Informánse per algún veí sobre cóm estabe distribuída la casa, una tarde que habíen anat de vela ella y lo home a casa de uns veíns, de amagatóns va entrá dins de la alcoba y se va amagá detrás de les lones de les tendes que estaben allí; y tan va esperá, que, tornats ells y gitats, va notá que lo home estabe adormir, y allá sen va aná aon habíe vist gitada a Salvestra; y ficánli una ma al pit, simplemen va di:
- ¡Oh, alma meua! ¿Dorms ya? - La jove, que no dormíe, va volé quirdá pero lo jove enseguida li va di: - per Déu, no quirdos, que soc lo teu Girólamo. -
Sentín aixó ella tota tremolosa va di:
- ¡Ay, per Déu, Girólamo, vésten! Ha passat aquell tems en que erem sagals y no anáe contra lo decoro está enamorats. Estic, com veus, casada, per lo que ya no me está be escoltá a datre home que al meu; per lo que te rogo per Déu que ten vaigues, que si lo meu home te sentiguere encara que datre mal no vinguere, se seguiríe que ya no podría viure may en ell en pas ni en descáns, mentres que ara, volguda per nell, en pas y en tranquilidat en ell vic.
Lo jove, al sentí estes paraules, va sentí un terrible doló, y recordánli lo tems passat y lo seu amor may disminuít per la distánsia, y mesclán mols rogs y promeses grandíssimes, res va conseguí; per lo que, dessichós de morí, li va demaná que en recompensa de tan amor, lo dixare gitás a la seua vora hasta que se calentare una mica, que se habíe quedat gelat esperánla, prometénli que ni li diríe res ni la tocaríe, y que en cuan se haguere calentat una miqueta sen aniríe.
Salvestra, tenín una mica de compassió d´ell, lay va consedí en les condissións que ell habíe ficat. Se va gitá, pos, lo jove jun an ella sense tocála; y recordán en un sol pensamén lo llarg amor que li habíe tingut y la seua presén duresa y la perduda esperansa, se va disposá a no viure mes y sense di paraula, tancats los puñs jun an ella se va quedá mort. Y después de un bon rato, la jove, extrañánse de que estiguere tan coto, en cuidadet de que lo home no se despertare, va escomensá a di:
- Girólamo ¿No ten vas?

Pero com no va contestá, va pensá que se hauríe quedat adormit; per lo que, estirán la ma, va escomensá a sorollál per a que se despertare, y al tocál lo va trobá "chelat com lo chal", de lo que se va extrañá mol; y sacsánlo en mes forsa y notán que no se sorolláe, después de tocál un atra vegada va está segura de que estabe mort; per lo que mol acollonida va está mol tems sense sabé qué fé. Al final, va dessidí, fingín que se tratabe de un atra persona, vore qué díe lo seu home que teníe que fés; y despertánlo, lo que acababe de passáli an ella li va di que li habíe passat a un atra, y después li va preguntá que si li passáre an ell, qué tindríe que fé ella. Lo bon home va contestá que li pareixíe que an aquell que s´habíe mort sel teníe que portá en silensio a casa seua y dixál allí, sense enfadás contra la dona, que no li pareixíe que haguere cometut cap falta.
Entonses la jove va di:
- Pos assó tením que fé natros. -

Y agarránlo de la ma, li va fé tocá al jove mort, y ell, tot espantat, va fotre un bot del llit, se va ficá de peu y, ensenén una llum, sense entrá en mes históries en la seua dona, vestit lo cos mort en les seues mateixes mans y sense esperá gens, ajudánli la seua inossénsia, sel va carregá a les esquenes, lo va portá a la porta de casa seua, y allí lo va dixá.
Vingut lo día y trobat dabán de la porta mort, se va montá un gran abalot y, espessialmén sa mare; y examinat per totes parts, y no trobánseli ni ferida ni cop, va sé per tots los meches cregut que habíe mort de doló, com habíe sigut. Va sé, pos, este cos portat a una iglesia, y allí va víndre la dolorida mare en moltes atres siñores paréns y veínes, y damún d´ell van escomensá a plorá a llágrima viva, y a lamentás, segóns les nostres costums. Y mentres se fée un grandíssim dol, lo bon home de la casa aon s´habíe mort, li va di a Salvestra:
- Fícat un manto al cap y ves a la iglesia aon ha sigut portat Girólamo y mésclat entre les dones; y escolta lo que se parle sobre este assunto, y yo faré lo mateix entre los homes, per a enterámos de si se diu algo contra natros.
A la jove li va pareixe be y allá que sen va aná. ¡Maravillosa cosa es de pensá lo difíssil que es descubrí les forses del Amor! Aquell cor que la felís fortuna de Girólamo no habíe pogut obrí lo va obrí la seua desgrássia, y ressussitán les antigues flames, de repén la va moure a tanta piedat lo vore la cara del mort, que, amagada daball de la mantellina, obrínse pas entre les dones, no va pará hasta arribá al cadáver; y allí, cridán mol fort, damún del jove mort se va aviá, y no lo va bañá en moltes llágrimes perque, abáns de tocál, lo doló, com al jove li habíe tret la vida, an ella la hi va traure. Después, consolánla les dones y diénli que se eixecare, sense conéixela, y com ella no se eixecabe, volén alsála, y trobánla morta, la van eixecá y van vore que ere Salvestra. Per lo que totes les dones que allí estaben van escomensá a plorá mol mes que abáns. La notíssia va corre com la pólvora fora de la iglesia, entre los homes, y arribán als oíts del seu home que entre ells estabe, sense aténdre consol de dingú, va plorá mol rato, y después los va contá a mols lo que aquella nit habíe passat entre aquell home y la seua dona y tots van sabé la raó de la mort de los dos.
Prenén, pos, a la jove morta, y adornánla com se adorne als morts, jun al jove la van ficá, y ploránla, a una mateixa sepultura van sé enterrats los dos; y an ells, a qui Amor no habíe pogut ajuntá vius, la mort los va ajuntá en inseparable compañía.

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JORNADA CUARTA. NOVELA OCTAVA.

Girólamo
vol a
Salvestra; espentat per los rogs de sa mare sen va a París,
torne y la trobe casada; entre a amagatóns a casa y se quede mort a
la seua vora, y portat a una iglesia, Salvestra tamé se mor a la
seua voreta.







Habíe
acabat la história de Emilia cuan, per orden del rey, Neifile va
escomensá aixina: algúns, al meu juissi ñan, valeroses siñores,
que mes que l’atra gen creuen sabé, y menos saben; y per naixó no
sol als consells de los homes sino tamé contra la naturalesa de les
coses pretenen oposá lo seu juissi; de esta presunsió han
sobrevingut ya grandíssims mals y may se ha vist víndre cap be. Y
perque entre les demés coses naturals es l´amor la que menos
admitix lo consell o la acsió que li siguen contraris, y la seua
naturalesa es tal que antes pot consumís per sí mateix que sé
arrencat per cap consell, me ha vingut al ánimo narrátos una
história de una Siñora que, volén sé mes sabuda de lo que debíe
y no u ere, creén del enamorat cor arrancá l´amor que potsé allí
habíen ficat los estels, va arribá a arrancáli en un mateix pun
l´amor y l´alma del cos a son fill.
Va ñabé, pos, a la nostra siudat, segóns los agüelos conten, un grandíssim viachán y ric de
nom Leonardo Sighieri, que de la seua dona va tíndre un fill de nom
Girólamo. Después del seu naiximén, arreglats los seus assuntos,
va dixá esta vida. Los tutós del chiquet, jun en la mare, van
administrá be los seus bens. Lo chiquet, creixén en los chiquets
dels atres veíns, mes que en cap atre del barri en una chiqueta de
la seua edat, filla de un sastre, se va familiarisá; y passán los
añs, lo trate se va convertí en un amor tan gran y fort que
Girólamo no se trobáe be si no veíe lo que veíe ella; y sértamen
no la volíe menos de lo que ella lo volíe an ell.



La
mare del sagal, acatánsen de aixó, moltes vegades lay va reprochá
y lo va castigá; y después de queixás als seus tutós (no podén
contíndres Girólamo), com se creíe que per la gran riquesa del
fill podíe demaná peres al olm, los va di:


-
Este sagal nostre, que encara no té catorse añs, está enamorat de
la filla de un sastre que se diu Salvestra, si no lay traém de
dabán, probablemen la pendrá per dona sense que dingú u sápigue,
y yo may estaré contenta; o se consumirá per nella si la veu casás
en un atre; y per naixó me pareix que per a evitá aixó lo tindríem
que enviá an alguna part llun d´aquí, al cuidado de los negossis
per a que, dixán de vore an ésta, se li desaparegue del pensamén y
se li podrá después doná per dona alguna jove ben naixcuda.


Los
tutós van di que la Siñora díe be y que faríen lo possible, y fen
cridá al sagal al almassén, va escomensá a díli un, mol
amorosamen:

- Fill meu, ya eres gran; bo sirá que escomensos tú
mateix a velá per los teus negossis, per lo que mos contentaríe mol
que anigueres un tems a París, aon vorás cóm se trafique en gran
part de la teua riquesa; sense contá en que te farás mol mes cortés
y de mes valor allí que aquí u faríes, veén an aquells Siñós,
Baróns y gentilhomes (que allí ñan tans) y adeprenén les seues
costums; después podrás torná aquí.


Lo
sagal los va escoltá y va contestá que no volíe féu perque pensáe
que igual que los demés, podíe quedás a Florencia. Los honrats
homes, al sentíli aixó, li van insistí en mes paraules; pero no
podén tráureli datra resposta, a sa mare lay van di. Ella, mol
enfadada, no perque no volíe anássen a París, sino per lo seu
enamoramén, lo va insultá; y después, ablanínlo en dolses
paraules, va escomensá a afalagál y a rogáli tendramen que
faiguere alló que volíen los seus tutós; y tan va sabé díli que
ell va consentí en anássen a está allí un añ, pero no mes; y
aixina se va fé. Anánsen, pos, Girólamo a París enamorat, diénli
avui no, demá ten anirás, allí lo van tíndre dos añs; y tornán
mes enamorat que may va trobá a la seua Salvestra casada en un bon
jove que fée tendes, y se va ficá mol trist. Pero veén que no
podíe sé d´atra manera, se va esforsá en tranquilisás; y espián
cuán estáe a casa, segóns la costum de los joves enamorats va
escomensá a passá dabán de ella, creén que no lo habíe olvidat.
Pero ella no sen enrecordabe de ell, com si may lo haguere vist, y si
sen enrecordáe, fée vore lo contrari. Lo jove u va vore enseguida,
en grandíssim doló, pero no per naixó dixabe de fé tot lo que
podíe per a torná a entrá al seu pit; pero com res pareixíe
conseguí, se va disposá, encara que fore la seua mort, a parláli
ell mateix. Informánse per algún veí sobre cóm estabe distribuída
la casa, una tarde que habíen anat de vela ella y lo home a casa de
uns veíns, de amagatóns va entrá dins de la alcoba y se va amagá
detrás de les lones de les tendes que estaben allí; y tan va
esperá, que, tornats ells y gitats, va notá que lo home estabe
adormir, y allá sen va aná aon habíe vist gitada a Salvestra; y
ficánli una ma al pit, simplemen va di:


-
¡Oh, alma meua! ¿Dorms ya? - La jove, que no dormíe, va volé
quirdá pero lo jove enseguida li va di: - per Déu, no quirdos, que
soc lo teu Girólamo. -


Sentín
aixó ella tota tremolosa va di:


-
¡Ay, per Déu, Girólamo, vésten! Ha passat aquell tems en que erem
sagals y no anáe contra lo decoro está enamorats. Estic, com veus,
casada, per lo que ya no me está be escoltá a datre home que al
meu; per lo que te rogo per Déu que ten vaigues, que si lo meu home
te sentiguere encara que datre mal no vinguere, se seguiríe que ya
no podría viure may en ell en pas ni en descáns, mentres que ara,
volguda per nell, en pas y en tranquilidat en ell vic.


Lo
jove, al sentí estes paraules, va sentí un terrible doló, y
recordánli lo tems passat y lo seu amor may disminuít per la
distánsia, y mesclán mols rogs y promeses grandíssimes, res va
conseguí; per lo que, dessichós de morí, li va demaná que en
recompensa de tan amor, lo dixare gitás a la seua vora hasta que se
calentare una mica, que se habíe quedat gelat esperánla, prometénli
que ni li diríe res ni la tocaríe, y que en cuan se haguere
calentat una miqueta sen aniríe.
Salvestra, tenín una mica de
compassió d´ell, lay va consedí en les condissións que ell habíe
ficat. Se va gitá, pos, lo jove jun an ella sense tocála; y
recordán en un sol pensamén lo llarg amor que li habíe tingut y la
seua presén duresa y la perduda esperansa, se va disposá a no viure
mes y sense di paraula, tancats los puñs jun an ella se va quedá
mort. Y después de un bon rato, la jove, extrañánse de que
estiguere tan coto, en cuidadet de que lo home no se despertare, va
escomensá a di:


-
Girólamo ¿No ten vas?



Pero
com no va contestá, va pensá que se hauríe quedat adormit; per lo
que, estirán la ma, va escomensá a sorollál per a que se
despertare, y al tocál lo va trobá "chelat com lo chal",
de lo que se va extrañá mol; y sacsánlo en mes forsa y notán que
no se sorolláe, después de tocál un atra vegada va está segura de
que estabe mort; per lo que mol acollonida va está mol tems sense
sabé qué fé. Al final, va dessidí, fingín que se tratabe de un
atra persona, vore qué díe lo seu home que teníe que fés; y
despertánlo, lo que acababe de passáli an ella li va di que li
habíe passat a un atra, y después li va preguntá que si li passáre
an ell, qué tindríe que fé ella. Lo bon home va contestá que li
pareixíe que an aquell que s´habíe mort sel teníe que portá en
silensio a casa seua y dixál allí, sense enfadás contra la dona,
que no li pareixíe que haguere cometut cap falta.


Entonses
la jove va di:


-
Pos assó tením que fé natros. -



Y
agarránlo de la ma, li va fé tocá al jove mort, y ell, tot
espantat, va fotre un bot del llit, se va ficá de peu y, ensenén
una llum, sense entrá en mes históries en la seua dona, vestit lo
cos mort en les seues mateixes mans y sense esperá gens, ajudánli
la seua inossénsia, sel va carregá a les esquenes, lo va portá a
la porta de casa seua, y allí lo va dixá.


Vingut
lo día y trobat dabán de la porta mort, se va montá un gran abalot
y, espessialmén sa mare; y examinat per totes parts, y no trobánseli
ni ferida ni cop, va sé per tots los meches cregut que habíe mort
de doló, com habíe sigut. Va sé, pos, este cos portat a una
iglesia, y allí va víndre la dolorida mare en moltes atres siñores
paréns y veínes, y damún d´ell van escomensá a plorá a llágrima
viva, y a lamentás, segóns les nostres costums. Y mentres se fée
un grandíssim dol, lo bon home de la casa aon s´habíe mort, li va
di a Salvestra:
- Fícat un manto al cap y ves a la iglesia aon
ha sigut portat Girólamo y mésclat entre les dones; y escolta lo
que se parle sobre este assunto, y yo faré lo mateix entre los
homes, per a enterámos de si se diu algo contra natros.


A
la jove li va pareixe be y allá que sen va aná. ¡Maravillosa cosa
es de pensá lo difíssil que es descubrí les forses del Amor!
Aquell cor que la felís fortuna de Girólamo no habíe pogut obrí
lo va obrí la seua desgrássia, y ressussitán les antigues flames,
de repén la va moure a tanta piedat lo vore la cara del mort, que,
amagada daball de la mantellina, obrínse pas entre les dones, no va
pará hasta arribá al cadáver; y allí, cridán mol fort, damún
del jove mort se va aviá, y no lo va bañá en moltes llágrimes
perque, abáns de tocál, lo doló, com al jove li habíe tret la
vida, an ella la hi va traure. Después, consolánla les dones y
diénli que se eixecare, sense conéixela, y com ella no se eixecabe,
volén alsála, y trobánla morta, la van eixecá y van vore que ere
Salvestra. Per lo que totes les dones que allí estaben van escomensá
a plorá mol mes que abáns. La notíssia va corre com la pólvora
fora de la iglesia, entre los homes, y arribán als oíts del seu
home que entre ells estabe, sense aténdre consol de dingú, va plorá
mol rato, y después los va contá a mols lo que aquella nit habíe
passat entre aquell home y la seua dona y tots van sabé la raó de
la mort de los dos.


Prenén,
pos, a la jove morta, y adornánla com se adorne als morts, jun al
jove la van ficá, y ploránla, a una mateixa sepultura van sé
enterrats los dos; y an ells, a qui Amor no habíe pogut ajuntá
vius, la mort los va ajuntá en inseparable compañía.



jornada-cuarta-novela-novena

jueves, 23 de mayo de 2019

JORNADA CUARTA. NOVELA SEXTA.

Andreuola vol a Gabriotto, li conte un somni que ha tingut y ell an ella un atre. De repén, ell se mor als seus brassos. Mentres ella y una criada lo porten a casa seua són capturades per la señoría. Ella conte lo que ha passat, lo podestá la vol forsá, se entere son pare y, trobánla inossén, la fa liberá. Después ella se fique a monja.
La história que Filomena habíe contat va sé mol apressiada per les siñores perque moltes vegades habíen sentit cantá aquella cansó y may habíen pogut sabé cóm y per qué habíe sigut composta. Lo rey li va maná a Pánfilo que continuare lo orden, y ell va di:
Lo contat a la passada história me done peu a contáton una a la que se parle de dos que versaben sobre coses que habíen de passá com si ya hagueren passat, y apenes habíen acabat de contáles los que les habíen vist cuan van tíndre los dos efecte. Y aixina, amoroses siñores, hau de sabé que es impresió general de tots los que viuen vore varies coses als seus somnis, y, dormín, li pareixen totes verdaderes, y a vegades resulte que moltes de elles passen de verdat. Per naixó, mols li donen tanta fe a cada somni com li donaríen a les coses que veigueren están desperts, y en estos mateixos somnis se entristíxen o se alegren segóns lo que sels ha mostrat. Y per lo contrari, ña qui no creu en cap somni, mes que después de vóres caure al perill que los habíe sigut mostrat. Ni a uns ni als atres alabo, perque no sempre són verdadés ni totes les vegades falsos. Que no són tots verdadés, moltes vegades tots natres ham tingut ocasió de vóreu, y que no tots són falsos, abáns a la história de Filomena se ha escoltat, y a la meua, com ya hay dit, tos u mostraré. Per lo que jusgo que si se viu y se obre virtuosamen, a cap somni té que tíndres temó y no dixá per nell los bons propósits; en les coses roínes y malvades, encara que los somnis pareguen favorables an elles y en visións propíssies a qui los veuen animen, dingú té que creure; y aixina, al contrari, donáls a tots completa fe. Pero aném a la história (menos mal, Boccaccio, qué cansino que eres).

Va ñabé a la siudat de Brescia un gentilhome de nom micer Negre de Pontecarrato, que, entre atres mols fills, teníe una filla, de nom Andreuola, mol jove y hermosa y sense casá. Ella se va enamorá de un veí seu de nom Gabriotto, home de baixa condissió encara que ple de loables costums, hermós y amable; y en la intervensió y ajuda de la nodrissa de la casa Cabriotto no sol va sabé que Andreuola lo volíe, sino que lo van portá a subín a un hermós jardí del pare de ella, y moltes vegades van disfrutá del seu amor. Per a que cap raó mes que la mort puguere separá lo seu amor, home y dona se van fé en secreto. Y del mateix modo, furtivamén, confirmán los seus ajuntaméns, va passá que a la jove una nit, dormín, li va pareixe vore en somnis que estabe al seu jardí en Gabriotto y que lo teníe entre los seus brassos en grandíssim plaé, y mentres aixina estaben li va pareixe vore eixí del cos de ell una cosa oscura y terrible en una forma que ella no podíe reconéixe, y li pareixíe que esta cosa agarráe a Gabriotto y contra la seua voluntat en espantosa forsa la hi arrancáe dels brassos y en ell se amagáe a dins de la terra y no podíe vórel mes. Com mol gran doló sentíe, se va despertá, y una vegada desperta, encara que vee que no habíe passat res del que habíe ensomiat, no va dixá de tíndre po per culpa de este somni. Gabriotto volíe aná aon ella la nit siguién, pero ella no volíe, se va esforsá en que no vinguere per la nit allí. Pero veén la seua voluntat, per a que no sospechare algo raro, la siguién nit lo va ressibí al jardí. En moltes roses blanques y roiges, perque ere tems de roses, en ell a la voreta de una bellísima fon de aigua clara que al jardí ñabíe, se van gitá, y allí, después de una llarga festa que van disfrutá juns, Gabriotto li va preguntá quina ere la raó per la que li habíe prohibit víndre la nit abáns.
La jove, contánli lo somni de abansanit y la temó que li habíe agarrat, lay va explicá. Gabriotto, al sentíla, sen va enriure y va di que gran bobada ere creure en somnis perque tots veníen per massa minjá o per tíndre lo pap forro, y después va di:
- Si yo haguera vullgut fé cas de somnis no hauría vingut aquí, no tan per lo teu sino per un que tamé vach tíndre la nit passada. Me pareixíe está a una hermosa y deleitosa selva per la que anaba cassán, y había enchampat una cabreta tan maja com la milló que se haigue vist; y me pareixíe que ere mes blanca que la neu y en poc rato se va fé tan amiga meua que en cap momén se separabe de mí. Y me pareixíe que la volía tan que per a que no se separare de mí li había ficat al coll un collá de or y en una cadena tamé de or la sujetaba entre les mans. Y después de aixó me pareixíe que, descansán esta quirrina una vegada y tenín lo seu cap a la faldeta, va eixí de no sé aón una gossa negra com lo carbó, mol famolenca y espantosa en apariénsia, y va víndre cap a mí, contra la que cap resisténsia me pareixíe fé; per lo que me pareixíe que me ficáe lo morro a dins del costat esquerro, y tan lo rossegabe que arribabe al cor, pareixíe que me´l arrancabe per a emportássel. Sentía tal doló que me vach despertá, y despert, en la ma en seguida vach paupá a vore si tenía algo al costat; pero com no me vach trobá cap mal me vach burlá de mí mateix per habéu fet. Pero ¿qué vol di aixó? tals y mes espantosos ne hay tingut mes vegades y no per naixó me ha passat res mes ni res menos; y per naixó olvídat del somni y pensém en chalá. La jove, acollonida pel somni, al sentí aixó encara se va esglayá mol mes, pero per a no fé enfadá a Gabriotto, va ocultá la temó, pero lo abrassáe y besáe mol, y mentres ell la apretáe y besabe, temerosa y no sabén de qué, mes de lo normal moltes vegades lo mirabe a la cara y mirabe per lo jardí per si alguna cosa negra vinguere de alguna part.
Y están de esta manera, Cabriotto, en un gran suspiro, la va abrassá y li va di:
- ¡Ay de mí, alma meua, ajúdam que me mórigo!
Y dit aixó, va caure an terra com un taco damún de la herba del pradet. Veénlo la jove caigut com estabe, apoyánsel a la faldeta, casi plorán li va di:
- Oh, dols siñó meu, ¿qué te passe?
Gabriotto no va contestá, respirán fort y tot suat, después de no mol tems, sen va aná als atres, a la sombra allargada dels sipresos.
Aixó va sé mol du y dolorós per a la jove, que mes que an ella mateixa lo volíe, cada una té que imagináu. Ella lo va plorá mol, y moltes vegades lo va cridá en vano, pero después de que donássen cuenta de que estabe mort, habénlo tocat per totes les parts del cos y trobánles totes gelades, no sabén qué fé ni qué di, plorosa com estabe y plena de angustia, sen va aná a cridá a la seua nodrissa, que de este amor ere cómplice, y la seua miseria y doló li va amostrá. Y después de plorá juntes sobre lo mort Cabriotto, va di la jove a la nodrissa:
- Ya que Déu me´l ha tret, no vull seguí yo en vida, pero en ves de matám, voldría que buscárem una manera convenién de protegí lo meu honor y lo amor secreto que ha ñagut entre natros, y que se enterro lo cos com toque. A lo que la nodrissa va di:
- Filla meua, no parlos de vóldre matát, perque si lo has perdut, matánte tamé lo pedríes al atre món perque aniríes al infern, aon estic segura de que la seua alma no ha anat perque bo ha segut. Mol milló sirá que te consolos y pensos en ajudá en orassións o en atres bones obres a la seua alma, per si per algún pecat cometut té nessessidat de aixó. Sepultál es mol fássil, an este jardí mateix, dingú u sabrá may perque dingú sap que ell haigue vingut aquí, y si no u vols aixina, traémlo fora del jardí y dixémlo, demá pel matí lo trobarán y portánlo a casa seua sirá enterrat per los seus paréns.
La jove, encara que estiguere plena de amargura y plorare continuamén, escoltáe sin embargo los consells de la nodrissa, y no están de acuerdo en la primera part, va contestá a la segona, dién: - No vullgue Déu que un jove tan bo y tan volgut per mí y home meu patixgue lo sé enterrat com un gos o dixat an terra al carré. Ha ressibit les meues llágrimes y, tal com puga, ressibirá les dels seus paréns, y ya me ve al ánimo lo que ham de fé. Y rápidamen la va enviá a per una pessa de seda que teníe a la seua arca, y portada aquella y extenénla an terra, damún van ficá lo cos de Gabriotto, y ficánli lo cap a un cuixí y tancánli en moltes llágrimes los ulls y la boca, y fén una guirnalda de roses y escampán los pétalos de les roses que habíen agarrat juns, li va di a la nodrissa:
- De aquí a la porta de casa seua ña poc camí, y per naixó tú y yo, aixina com lo ham arreglat, lo portarém dabán de casa seua. No tardará mol en fés de día y lo arreplegarán, y encara que per als seus no sigue aixó cap consol, per a mí, ya que als meus brassos
s´ha mort, sirá un descans.
Y dit aixó, va torná a inclinás sobre ell y en abundantíssimes llágrimes lo va está plorán, pero mol requerida per la criada, perque veníe l´alba, se va ficá dreta, se va traure del dit
l´anell en lo que se habíe casat en Gabriotto, lay va ficá al seu dit, dién entre plos:
- Volgut siñó meu, si la teua alma veu les meues llágrimes y algún coneiximén o sentimén después de la seua partida quede als cossos, ressibix benignamen lo radé don de esta a qui vivín vas vóldre tan. Y dit aixó, desmayada, va caure damún de ell, y después de un tems se va reviscolá y se va ficá de peu, y en la criada van agarrá la tela aon estabe lo cos, y en ell van eixí del jardí cap a casa de ell.
Y anán aixina, va passá per casualidat los guardies del podestá, que anaben an aquella hora an algún assunto, les van topetá y les van arrestá. Andreuola, volén antes morí que viure, reconeguts los guardes de la señoría, francamen los va di:
- Sé quí sou y que vóldre fugí de res me valdríe; estic disposada a aná en vatros dabán la señoría, y contá lo que ha passat; pero que ningú se atrevixque a tocám, si tos fach cas, ni a robá res de lo que porte este cos si no vol que yo lo acusa.
Per lo que, sense que ningú la tocare, en lo cos de Gabriotto sen van aná tots cap al palau. Avisat lo podestá, se va eixecá, y fénla víndre a la alcoba, se va fé informá de lo que habíe passat, y habén fet mirá per algúns meches si en veneno o de un atra manera habíe sigut assessinat lo bon home, tots van afirmá que no, sino que li habíe petat lo cor y se habíe aufegat. Y ell, sentit aixó y que aquella en poca cosa ere culpable, se les va ingeniá en pareixe que li donabe lo que no podíe véndreli, y va di que si ella fée la seua voluntat, la liberaríe. Pero no servínli les paraules, va volé contra tota conveniénsia fé aná la forsa; pero Andreuola, ensesa pel desdén y traén forses de aon no les teníe, se va deféndre com un home, rechassánlo en injurioses y altives paraules. Pero arribat lo día cla y sénli contades estes coses a micer Negre, mortalmen dolgut sen va aná en mols dels seus amics al palau y allí, informat de tot per lo podestá, va demaná que li tornaren a la seua filla. Lo podestá se va acusá de habéla volgut forsá, antes de sé acusat per nella, va alabá a la jove y la seua constánsia. Veénla de tanta firmesa, li va di a son pare que si an ell li pareixíe be, y an ella, pesse habé tingut un home de baixa condissió, de bon grado la pendríe com a dona. Aixina com ells dos parlaben, Andreuola se li va tirá als peus de son pare y li va di:
- Pare meu, no crec que faigue falta que tos conta la história del meu atrevimén y de la meua desgrássia, que estic segura de que ya la hau sentit y la sabéu. Tos demano perdó per la meua falta, aixó es, de habé, sense vosté sabéu, pres per home al que mes me agradabe; y este perdó no tol demano per a que me sigue perdonada la vida sino per a morí com filla vostra y no com enemiga vostra.
Micer Negre, que ya ere vellet y home bo y amorós per naturalesa, al sentí estes paraules va escomensá a plorá, y plorán va alsá a la seua filla tendramen, y li va di:
- Filla meua, mol me haguere agradat que hagueres tingut tal home com segóns lo meu pareixe te conveníe; y si lo hagueres pres tal com a tú t´agradare tamé m´habíe de agradá; pero lo habéu amagat me fa dóldrem de la teua poca confiansa, y mes encara, veén que lo has perdut abáns de sábreu yo. Pero ya que aixina está fet, lo que per a contentát, vivín ell, hauría fet en gust, aixó es, honrál com a gendre se li fará ara que está mort.
Y giránse cap als seus fills y als seus paréns los va maná que prepararen per a Gabriotto exequies grans y honorables. Mentrestán habíen acudit los pares y datres paréns del jove, que se habíen enterat de la mala notíssia, y casi tantes dones y tans homes com ñabíe a la siudat. Colocat al mich del pati lo cadáver sobre la tela y en totes les roses, allí va sé plorat per tots, y públicamen per casi totes les dones de la siudat y per mols homes, y no com un plebeyo sino com un siñó tret de la plassa pública a muscles de los mes nobles siudadáns, en grandíssim honor va sé portat a la sepultura. Y al cap de uns díes, insistín lo podestá en lo que habíe demanat, preguntánlay micer Negre a la seua filla, ésta res de aixó va vóldre sentí, pero volén donáli una satisfacsió a son pare, a un monasteri mol famós per la seua santidat, ella y la nodrissa monges se van fé, y van viure allí honradamen durán mol tems.

jornada-cuarta-novela-séptima


JORNADA CUARTA. NOVELA SEXTA.

Andreuola
vol a 
Gabriotto, li conte un somni que ha tingut y ell an ella un
atre. De repén, ell se mor als seus brassos. Mentres ella y una
criada lo porten a casa seua són capturades per la señoría. Ella
conte lo que ha passat, lo podestá la vol forsá, se entere son pare
y, trobánla inossén, la fa liberá. Después ella se fique a monja.


La
história que Filomena habíe contat va sé mol apressiada per les
siñores perque moltes vegades habíen sentit cantá aquella cansó y
may habíen pogut sabé cóm y per qué habíe sigut composta. Lo rey
li va maná a Pánfilo que continuare lo orden, y ell va di:


Lo
contat a la passada história me done peu a contáton una a la que se
parle de dos que versaben sobre coses que habíen de passá com si ya
hagueren passat, y apenes habíen acabat de contáles los que les
habíen vist cuan van tíndre los dos efecte. Y aixina, amoroses
siñores, hau de sabé que es impresió general de tots los que viuen
vore varies coses als seus somnis, y, dormín, li pareixen totes
verdaderes, y a vegades resulte que moltes de elles passen de verdat.
Per naixó, mols li donen tanta fe a cada somni com li donaríen a
les coses que veigueren están desperts, y en estos mateixos somnis
se entristíxen o se alegren segóns lo que sels ha mostrat. Y per lo
contrari, ña qui no creu en cap somni, mes que después de vóres
caure al perill que los habíe sigut mostrat. Ni a uns ni als atres
alabo, perque no sempre són verdadés ni totes les vegades falsos.
Que no són tots verdadés, moltes vegades tots natres ham tingut
ocasió de vóreu, y que no tots són falsos, abáns a la história
de Filomena se ha escoltat, y a la meua, com ya hay dit, tos u
mostraré. Per lo que jusgo que si se viu y se obre virtuosamen, a
cap somni té que tíndres temó y no dixá per nell los bons
propósits; en les coses roínes y malvades, encara que los somnis
pareguen favorables an elles y en visións propíssies a qui los
veuen animen, dingú té que creure; y aixina, al contrari, donáls a
tots completa fe. Pero aném a la história (menos mal, Boccaccio,
qué cansino que eres
).

Va ñabé a la siudat de Brescia un
gentilhome de nom micer Negre de Pontecarrato, que, entre atres mols
fills, teníe una filla, de nom Andreuola, mol jove y hermosa y sense
casá. Ella se va enamorá de un veí seu de nom Gabriotto, home de
baixa condissió encara que ple de loables costums, hermós y amable;
y en la intervensió y ajuda de la nodrissa de la casa Cabriotto no
sol va sabé que Andreuola lo volíe, sino que lo van portá a subín
a un hermós jardí del pare de ella, y moltes vegades van disfrutá
del seu amor. Per a que cap raó mes que la mort puguere separá lo
seu amor, home y dona se van fé en secreto. Y del mateix modo,
furtivamén, confirmán los seus ajuntaméns, va passá que a la jove
una nit, dormín, li va pareixe vore en somnis que estabe al seu
jardí en Gabriotto y que lo teníe entre los seus brassos en
grandíssim plaé, y mentres aixina estaben li va pareixe vore eixí
del cos de ell una cosa oscura y terrible en una forma que ella no
podíe reconéixe, y li pareixíe que esta cosa agarráe a Gabriotto
y contra la seua voluntat en espantosa forsa la hi arrancáe dels
brassos y en ell se amagáe a dins de la terra y no podíe vórel
mes. Com mol gran doló sentíe, se va despertá, y una vegada
desperta, encara que vee que no habíe passat res del que habíe
ensomiat, no va dixá de tíndre po per culpa de este somni.
Gabriotto volíe aná aon ella la nit siguién, pero ella no volíe,
se va esforsá en que no vinguere per la nit allí. Pero veén la
seua voluntat, per a que no sospechare algo raro, la siguién nit lo
va ressibí al jardí. En moltes roses blanques y roiges, perque ere
tems de roses, en ell a la voreta de una bellísima fon de aigua
clara que al jardí ñabíe, se van gitá, y allí, después de una
llarga festa que van disfrutá juns, Gabriotto li va preguntá quina
ere la raó per la que li habíe prohibit víndre la nit abáns.


La
jove, contánli lo somni de abansanit y la temó que li habíe
agarrat, lay va explicá. Gabriotto, al sentíla, sen va enriure y va
di que gran bobada ere creure en somnis perque tots veníen per massa
minjá o per tíndre lo pap forro, y después va di:
- Si yo
haguera vullgut fé cas de somnis no hauría vingut aquí, no tan per
lo teu sino per un que tamé vach tíndre la nit passada. Me pareixíe
está a una hermosa y deleitosa selva per la que anaba cassán, y
había enchampat una cabreta tan maja com la milló que se haigue
vist; y me pareixíe que ere mes blanca que la neu y en poc rato se
va fé tan amiga meua que en cap momén se separabe de mí. Y me
pareixíe que la volía tan que per a que no se separare de mí li
había ficat al coll un collá de or y en una cadena tamé de or la
sujetaba entre les mans. Y después de aixó me pareixíe que,
descansán esta quirrina una vegada y tenín lo seu cap a la
faldeta, va eixí de no sé aón una gossa negra com lo carbó, mol
famolenca y espantosa en apariénsia, y va víndre cap a mí, contra
la que cap resisténsia me pareixíe fé; per lo que me pareixíe que
me ficáe lo morro a dins del costat esquerro, y tan lo rossegabe que
arribabe al cor, pareixíe que me´l arrancabe per a emportássel.
Sentía tal doló que me vach despertá, y despert, en la ma en
seguida vach paupá a vore si tenía algo al costat; pero com no me
vach trobá cap mal me vach burlá de mí mateix per habéu fet. Pero
¿qué vol di aixó? tals y mes espantosos ne hay tingut mes vegades
y no per naixó me ha passat res mes ni res menos; y per naixó
olvídat del somni y pensém en chalá. La jove, acollonida pel
somni, al sentí aixó encara se va esglayá mol mes, pero per a no
fé enfadá a Gabriotto, va ocultá la temó, pero lo abrassáe y
besáe mol, y mentres ell la apretáe y besabe, temerosa y no sabén
de qué, mes de lo normal moltes vegades lo mirabe a la cara y mirabe
per lo jardí per si alguna cosa negra vinguere de alguna part.


Y
están de esta manera, Cabriotto, en un gran suspiro, la va abrassá
y li va di:
- ¡Ay de mí, alma meua, ajúdam que me mórigo!


Y
dit aixó, va caure an terra com un taco damún de la herba del
pradet. Veénlo la jove caigut com estabe, apoyánsel a la faldeta,
casi plorán li va di:
- Oh, dols siñó meu, ¿qué te passe?


Gabriotto
no va contestá, respirán fort y tot suat, después de no mol tems,
sen va aná als atres, a la sombra allargada dels sipresos.


Aixó
va sé mol du y dolorós per a la jove, que mes que an ella mateixa
lo volíe, cada una té que imagináu. Ella lo va plorá mol, y
moltes vegades lo va cridá en vano, pero después de que donássen
cuenta de que estabe mort, habénlo tocat per totes les parts del cos
y trobánles totes gelades, no sabén qué fé ni qué di, plorosa
com estabe y plena de angustia, sen va aná a cridá a la seua
nodrissa, que de este amor ere cómplice, y la seua miseria y doló
li va amostrá. Y después de plorá juntes sobre lo mort Cabriotto,
va di la jove a la nodrissa:
- Ya que Déu me´l ha tret, no vull
seguí yo en vida, pero en ves de matám, voldría que buscárem una
manera convenién de protegí lo meu honor y lo amor secreto que ha
ñagut entre natros, y que se enterro lo cos com toque. A lo que la
nodrissa va di:


-
Filla meua, no parlos de vóldre matát, perque si lo has perdut,
matánte tamé lo pedríes al atre món perque aniríes al infern,
aon estic segura de que la seua alma no ha anat perque bo ha segut.
Mol milló sirá que te consolos y pensos en ajudá en orassións o
en atres bones obres a la seua alma, per si per algún pecat cometut
té nessessidat de aixó. Sepultál es mol fássil, an este jardí
mateix, dingú u sabrá may perque dingú sap que ell haigue vingut
aquí, y si no u vols aixina, traémlo fora del jardí y dixémlo,
demá pel matí lo trobarán y portánlo a casa seua sirá enterrat
per los seus paréns.


La
jove, encara que estiguere plena de amargura y plorare continuamén,
escoltáe sin embargo los consells de la nodrissa, y no están de
acuerdo en la primera part, va contestá a la segona, dién: - No
vullgue Déu que un jove tan bo y tan volgut per mí y home meu
patixgue lo sé enterrat com un gos o dixat an terra al carré. Ha
ressibit les meues llágrimes y, tal com puga, ressibirá les dels
seus paréns, y ya me ve al ánimo lo que ham de fé. Y rápidamen la
va enviá a per una pessa de seda que teníe a la seua arca, y
portada aquella y extenénla an terra, damún van ficá lo cos de
Gabriotto, y ficánli lo cap a un cuixí y tancánli en moltes
llágrimes los ulls y la boca, y fén una guirnalda de roses y
escampán los pétalos de les roses que habíen agarrat juns, li va
di a la nodrissa:
- De aquí a la porta de casa seua ña poc
camí, y per naixó tú y yo, aixina com lo ham arreglat, lo portarém
dabán de casa seua. No tardará mol en fés de día y lo
arreplegarán, y encara que per als seus no sigue aixó cap consol,
per a mí, ya que als meus brassos
s´ha mort, sirá un descans.


Y
dit aixó, va torná a inclinás sobre ell y en abundantíssimes
llágrimes lo va está plorán, pero mol requerida per la criada,
perque veníe l´alba, se va ficá dreta, se va traure del dit

l´anell en lo que se habíe casat en Gabriotto, lay va ficá al
seu dit, dién entre plos:
- Volgut siñó meu, si la teua alma
veu les meues llágrimes y algún coneiximén o sentimén después de
la seua partida quede als cossos, ressibix benignamen lo radé don de
esta a qui vivín vas vóldre tan. Y dit aixó, desmayada, va caure
damún de ell, y después de un tems se va reviscolá y se va ficá
de peu, y en la criada van agarrá la tela aon estabe lo cos, y en
ell van eixí del jardí cap a casa de ell.



Y
anán aixina, va passá per casualidat los guardies del podestá, que
anaben an aquella hora an algún assunto, les van topetá y les van
arrestá. Andreuola, volén antes morí que viure, reconeguts los
guardes de la señoría, francamen los va di:


-
Sé quí sou y que vóldre fugí de res me valdríe; estic disposada
a aná en vatros dabán la señoría, y contá lo que ha passat; pero
que ningú se atrevixque a tocám, si tos fach cas, ni a robá res de
lo que porte este cos si no vol que yo lo acusa.


Per
lo que, sense que ningú la tocare, en lo cos de Gabriotto sen van
aná tots cap al palau. Avisat lo podestá, se va eixecá, y fénla
víndre a la alcoba, se va fé informá de lo que habíe passat, y
habén fet mirá per algúns meches si en veneno o de un atra manera
habíe sigut assessinat lo bon home, tots van afirmá que no, sino
que li habíe petat lo cor y se habíe aufegat. Y ell, sentit aixó y
que aquella en poca cosa ere culpable, se les va ingeniá en pareixe
que li donabe lo que no podíe véndreli, y va di que si ella fée la
seua voluntat, la liberaríe. Pero no servínli les paraules, va volé
contra tota conveniénsia fé aná la forsa; pero Andreuola, ensesa
pel desdén y traén forses de aon no les teníe, se va deféndre com
un home, rechassánlo en injurioses y altives paraules. Pero arribat
lo día cla y sénli contades estes coses a micer Negre, mortalmen
dolgut sen va aná en mols dels seus amics al palau y allí, informat
de tot per lo podestá, va demaná que li tornaren a la seua filla.
Lo podestá se va acusá de habéla volgut forsá, antes de sé
acusat per nella, va alabá a la jove y la seua constánsia. Veénla
de tanta firmesa, li va di a son pare que si an ell li pareixíe be,
y an ella, pesse habé tingut un home de baixa condissió, de bon
grado la pendríe com a dona. Aixina com ells dos parlaben, Andreuola
se li va tirá als peus de son pare y li va di:


-
Pare meu, no crec que faigue falta que tos conta la história del meu
atrevimén y de la meua desgrássia, que estic segura de que ya la
hau sentit y la sabéu. Tos demano perdó per la meua falta, aixó
es, de habé, sense vosté sabéu, pres per home al que mes me
agradabe; y este perdó no tol demano per a que me sigue perdonada la
vida sino per a morí com filla vostra y no com enemiga vostra.


Micer
Negre
, que ya ere vellet y home bo y amorós per naturalesa, al sentí
estes paraules va escomensá a plorá, y plorán va alsá a la seua
filla tendramen, y li va di:
- Filla meua, mol me haguere agradat
que hagueres tingut tal home com segóns lo meu pareixe te conveníe;
y si lo hagueres pres tal com a tú t´agradare tamé m´habíe de
agradá; pero lo habéu amagat me fa dóldrem de la teua poca
confiansa, y mes encara, veén que lo has perdut abáns de sábreu
yo. Pero ya que aixina está fet, lo que per a contentát, vivín
ell, hauría fet en gust, aixó es, honrál com a gendre se li fará
ara que está mort.


Y
giránse cap als seus fills y als seus paréns los va maná que
prepararen per a Gabriotto exequies grans y honorables. Mentrestán
habíen acudit los pares y datres paréns del jove, que se habíen
enterat de la mala notíssia, y casi tantes dones y tans homes com
ñabíe a la siudat. Colocat al mich del pati lo cadáver sobre la
tela y en totes les roses, allí va sé plorat per tots, y públicamen
per casi totes les dones de la siudat y per mols homes, y no com un
plebeyo sino com un siñó tret de la plassa pública a muscles de
los mes nobles siudadáns, en grandíssim honor va sé portat a la
sepultura. Y al cap de uns díes, insistín lo podestá en lo que
habíe demanat, preguntánlay micer Negre a la seua filla, ésta res
de aixó va vóldre sentí, pero volén donáli una satisfacsió a
son pare, a un monasteri mol famós per la seua santidat, ella y la
nodrissa monges se van fé, y van viure allí honradamen durán mol
tems.




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