Mostrando entradas con la etiqueta llansa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta llansa. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de agosto de 2021

LA MORT DELS MONCADAS. Joseph Lluis Pons.

LA MORT DELS MONCADAS.


I.


PARTIDA.





- Trau mon cavall mes valent,


Trau ma llansa mes guarnida,


Mon escut ab vadells
d´or


Y l´ perpunt y
capellina;





Perque demá al
trencar l'alba


Lo cavall durá la
brida,


Y jo l´èlm d'acér
al front,


Daga y espasa a la
cinta.






LA MUERTE DE LOS
MONCADAS.


(Moncada, monte cateno, mont cadà)



I.


LA PARTIDA.


- Saca mi caballo
más esforzado, mi mejor guarnecida lanza, mi escudo que tiene
esculpidos becerros de oro y dame el perpunte y capellina;

Porque
mañana, al asomar el alba, embridaré mi corcel, me calaré el
acerado yelmo y ceñiré espada y daga.






Pe'l camí de Tarragona


Dirás que som de
partida:


De Salou navegarém


A les costes
mallorquines.





Ab lo senyor Rey en
Jaume,


De Barcelona ab lo
Bisbe


Y la flor dels
cavallers


Que Catalunya
trepitjan.





Quatrecents ab mí
segueixen,


Que tots sols prou
ne serian


Per ofegar al rey
moro


Dintre lo mar de les
illes.





Adeu siau,
Vescomptessa, (comite: comte, no compte, ni vescompte, ni
vescomptessa
)


No ploreu, la meua
vida,


Prest tornarán
nostres veles


Blanquejant per la
marina. -





Diu lo Vescompte en
Guillem;


Y quant l'alba n'era
eixida


Ab son germá Don Ramon


Y l´s cavallers que
l' seguian,





Envers les altes
finestres


Mes d'un colp girant
la vista,


De son castell de
Moncada


Baixa armat a tota
brida.





Di que parto camino de Tarragona, y que desde Salou navegaremos hacia
las costas mallorquinas,


Con nuestro rey Don Jaime, con el obispo de Barcelona, y con la flor y
nata de los caballeros de Cataluña.
(Sí, claro, solo
caballeros catalanes para la conquista; hay que ganarse la joya, y
hay que lamer culos, Pepico Luis.
)


Cuatrocientos son
los que me siguen y ellos solos bastarían para ahogar al rey moro en
las ondas que bañan sus islas.
(Tanto bastaron ellos solos
que se los cargaron los moros mallorquines.)


Adiós quedad, la
vizcondesa, no lloréis, vida mía, que presto veréis volver
nuestras blancas velas por el azul de los mares. -


Así dice el
vizconde Don Guillermo, y cuando ya clareaba el alba, con su hermano
Don Ramon y con los caballeros de su séquito,

José Guillermo "Guillermón" Moncada Veranes



Desciende armado a
rienda suelta de su castillo volviendo más de una vez los ojos hacia
sus altas ventanas.

Als camps de Santa Ponsa  No gayre lluny del mar,  Al mitj d'una pineda  S'aixeca un pi mes alt.




II.


ARRIBADA.


Als camps de Santa Ponsa


No gayre lluny del
mar,


Al mitj d'una pineda


S'aixeca un pi mes
alt.





Lo cap sobre la
soca,


D´esquena 'n el
penyal,


Guillem lo de Moncada


Greument hi jau
nafrat.





Desfeta la llonga,


La cinta sens
punyal,


Vermella y esmussada


La espasa n' té al
costat.





La vista enterbolida


Cercant lo seu
germá,


Del pit, mentres
respira,


N'hi brollan glops
de sanch.





Del Bisbe que
l'auxilia


La creu ne du en les
mans,


D´alsarla fins als
llábis


No n' té forsa 'n
el bras.





II.


LA LLEGADA.


En los campos de
Santa Ponsa, no lejos del mar, en medio de los pinares sobresale un
elevado pino.


Con la cabeza sobre
su tronco, y tendido de espaldas sobre el peñasco, yace allí herido
mortalmente Guillermo el de Moncada.


Destrabada la
loriga, sin daga en el cinto, con la espada mellada enrojecida a su
lado.


Busca a su hermano
con los ojos mortecinos, y cada vez que respira, chorrean de su
pecho, borbotones de sangre.


Tiene entre las
manos la cruz del obispo que le agoniza (auxilia mientras agoniza)
y falta fuerza a su brazo para llevarla hasta sus labios.





Entorn los homens d´armes (algunos hombres de Arnes, Tarragona,
igual iban
)


Mirantlo
enrevoltats,


Als altres que
n'arriban


Lo signan ab pietat.





Donzells allí
s'aplegan,


Barons y capitans,


Y al mitj de tots En
Jaume


Baixant de son
cavall.





III.





MORT.



- Derrera aqueixes
platjes


Ne veig finir lo
sol,


Lo sol d´eixa diada


Será l' meu derrer
goig.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.
Adeu, lo Rey en Jaume,


Adeu, Rey
d'Aragó
;


Ab vos vinguí a
Mallorca,


Mes no hi entraré
ab vos.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.





(JA JA! Mallorca
no era todavía patria catalana. Y esto lo escribe un iluminado
catalanista de la Renaixença. Em pixu! Me hace falta un bacín
mientras edito esto.
“Mes no hi entraré ab vos”: se refiere a
la Ciudad de Mallorca, llamada Palma o Pauma después. La isla, illa,
s´illa, ipsa insula, se llamaba ya así, con variantes, Maiorice,
Maiorica, Malorca, Maylorca, Mallorca, Mallorques, la mayor de las islas pitiusas, pi, pino, Portopí
).



Los hombres de armas contemplándole al rededor le señalan
con ademán compasivo a los otros que van acercándose.

Júntanse allí
donceles, barones y caudillos, y Don Jaime, apeándose de su caballo,
llega en medio de todos.

(Un gran héroe este Guillermico Moncada que muere a las primeras de cambio).



III.


LA MUERTE.


- Veo acabar el sol
tras estas playas: el sol de este día será mi gozo postrimero. -
¡Llorad al que muere lejos de su patria en extranjera tierra
!


Adiós rey Don Jaime, adiós rey de Aragón, con vos vine a Mallorca,
pero no entraré con vos en ella.-
Llorad al que muere lejos
de su patria
en extranjera tierra.

(Lo de “lejos
de su patria” se entiende bien para un catalán, castlán,
chatelain o châtelain, en fin, un castellano que no ha salido de sus
dominios. Recuerdes Vds. que era Vizconde, Vescomte, Viscomte,
Vice-comite.)

Lo de “lejos de su patria” se entiende bien para un catalán, castlán, chatelain o châtelain, en fin, un castellano que no ha salido de sus dominios




Mallorca será presa,


Venjat lo nostre
afront;


Iglesies ses
mesquites,


Y creus ses llunes
d'or.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.


Tornantsen les
galeres,


Tornantsen a Salou,


Ses filles y ses
mares


Veurá quiscun de
l'host.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.


Mes ¡ay! las
salsaredes


Ubagues de Besòs,


Les serres de
Moncada


May mes reveuré jo.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.


Castell de los meus
pares,


Castell dels meus
recorts,


Ja may per
darme entrada


Baixar faré l'teu
pont.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.


¡Ay, trista
Vescomptessa


Guaytant de nit y
jorn,


May mes per la
marina


Veuréu vaixell que
m' torn.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.





Mallorca será conquistada y quedará vengado nuestro ultraje: sus
mezquitas serán iglesias y cruces sus lunas de oro. - Llorad al que
muere lejos de su patria en extrangera
tierra
.


Tornándose las
galeras de vuelta hacia Salou cada guerrero de nuestra hueste verá a
su madre y a sus hijos. - Llorad al que muere lejos de su patria en
extrangera tierra.


Mas ¡ay de mí!
nunca volveré a ver las sombrías alamedas del Besós ni las sierras
de Moncada. - Llorad al que muere léjos de su patria en
extrangera tierra.


Castillo de mis
antepasados, castillo de mis recuerdos, jamás haré ya bajar tu
puente levadizo para darme paso. - Llorad al que muere lejos de su
patria en extranjera tierra.


¡Ay desdichada
vizcondesa! por más que mires día y noche hacia los mares, nunca
verás la vela del bajel que a ti me torne. - Llorad al que muere
lejos de su patria en extranjera tierra.





Devall d'eix pi selvatje


Jaurá enterrat mon
cos;


La tomba que
esperava


Escrit durá altre
nom.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.


Tinguda es ma
paraula,


Del fat ja m'en
conhort,


Mes lluny de Catalunya


Morir ¡oh Rey! me
dol.


Plany al qui en
terra estranya


Lluny de sa patria
mor.





IV.


RECORT.





¡O fills de
Barcelona!


Los jorns primers
del maig,


Quant brots pámpols
tendres


Verdejan pe'ls
vinyats


Y xisclan
cruixidelles


Gronxantse en los
cimals;


D'aquell turó que
rónech


Aixeca al Nort lo
cap,


Del riu Besòs en
l'aygua


Rojenca l´s peus
mullant,


Pujeu fins a la cima


Lo dia al ferse
clar.





Mi cuerpo quedará enterrado al pie de este rústico pino, y la tumba
que aguardaba mi cadáver llevará escrito otro nombre. - Llorad al
que muere lejos de su patria en extranjera tierra.


Cumplí mi palabra:
me resigno a mi suerte; pero ¡o rey! siento morir lejos de
Cataluña.-


Llorad al que muere
lejos de su patria en extranjera tierra.


IV.





ÉL RECUERDO.





¡Hijos de
Barcelona! en los primeros días de Mayo, cuando los capullos y los
tiernos pámpanos verdean por los viñedos y los trigueros pían
columpiándose en las altas ramas, trepad al clarear el día hasta la
cima de aquel monte aislado y solitario que hacia el norte de la
ciudad empina su cabeza y moja sus pies en las rojizas aguas 
del Besós.





Veuréu d'un castell gótich,


Que n'era dels mes
alts,


Les torres
trossejades,


Xapats per terra l´s
archs.


Blavenques etsevares


Per tot sos murs
voltant,


Y blanques
englantines


Pe'l mitj dels
tristos carts.


Llavors, si l´s
ulls atónits


Gireu envers lo mar,


Les illes de
Mallorca


Veuréu si bè
oviráu,


De l'ona llunyadana


Dormint sobre l'
mirall.


Allí per l' honra
vostra


Pe'l Deu que n's es
sagrat,


Moriren els Moncadas,


Mes ¡ay! tots dos
germans.


Si aymau la dolsa
terra


Que infants nos
alletá,


Y l´s seggles richs
de gloria


De nostre august
passat,


Digueu al
despedirvos


Les timbes
devallant:


“Germans, els de Moncada,


Per sempre Deu vos
guart.”

____



Allí veréis las destrozadas torres y los hendidos arcos de un
castillo gótico de los más ilustres. Las azuladas hojas de las
pitas cercan por todas partes sus muros y se divisan por entre los
tristes cardos, las blancas englantinas. Entonces, si volvéis hacia
el mar los asombrados ojos, veréis mirando atentos, las islas de Mallorca durmiendo sobre el espejo de las ondas
lejanas. Allí por nuestro Dios por nuestra honra murieron ¡ay! los
Moncadas, murieron ambos hermanos.


Si amáis la tierra
querida que nos amamantó en la niñez, y los siglos de nuestro
pasado augusto, ricos en glorias, decid al despediros, bajando por
los derrumbaderos: “Hermanos, los de Moncada, por siempre os guarde
Dios.”

-----

miércoles, 15 de enero de 2020

JORNADA CUARTA. NOVELA NOVENA.


JORNADA CUARTA. NOVELA NOVENA.

Micer Guiglielmo del Rosselló done a minjá a la seua dona lo cor de micer Guiglielmo Guardastagno, mort per nell y amat per nella; lo que sabénu ella después, se avíe de una finestra alta y se mate, y es enterrada en lo seu amán.

Habén acabat la história de Neifile no sense habé fet sentí gran compassió a totes les seues compañes, lo rey, que no volíe abolí lo privilegi de Dioneo, no quedán dingú mes per narrá, va escomensá:
Me s´ha ficat al pensamén, siñores, una história que tos fará sentí igual compassió o mes que la passada, perque mes alts van sé aquells als que los va passá y lo acsidén va sé mes roín que los que aquí se han contat hasta ara.
Debéu, pos, sabé que, segóns conten los provensals, a la Provensa va ñabé fa tems dos nobles caballés que teníen castells y criats. La un teníe per nom micer Guiglielmo de Rosselló y l´atre micer Guiglielmo Guardastagno; y com la un y l´atro eren mol avansats en les armes, se volíen mol y teníen per costum aná sempre a tots los torneos, justes o datres fets de armes juns y portán una mateixa divisa.
Y encara que cadaú vivíe al seu castell y estaben apartats la un del atre mes de deu milles, va passá que, tenín micer Guiglielmo de Rosselló una mol guapa y atractiva Siñora per dona, micer Guiglielmo Guardastagno, fora de tota mida y pese a la amistat y la compañía que ñabíe entre ells, se va enamorá de ella. Y tan va fé, ara en un acte ara en un atre, que la Siñora sen va acatá; y com sabíe que ere un caballé mol valén, li va agradá, y va escomensá a vóldrel hasta tal pun que ya no volíe res mes que an ell, y no esperabe mes que sé requerida per nell; lo que va passá poc tems después, y juns van está una vegada y un atra, volénse mol. Y aixina están juns, en poca discressió, va passá que lo home sen va acatá y se va enfadá mol, hasta tal pun que lo gran amor que li teníe a Guardastagno se va convertí en un odio mortal, pero u va sabé tíndre amagat com los dos amáns habíen tingut lo seu amor; y va dessidí matál.
Va passá que se va pregoná a Fransa un gran torneo; lo que lo de Rosselló en seguida lay va fé di a Guardastagno, y va maná díli que si volíe, aniguere aon ell vivíe y juns pensaríen si anáy y cóm. Guardastagno, contentíssim, va contestá que al día siguién sense falta aniríe a sená en ell. Rosselló, sentín alló, va pensá que habíe arribat lo momén de matál, y armánse, al día siguién, en uns homens seus, va montá a caball, y a una milla del seu castell se va ficá amigat esperánlo a un bosquet per aon seguramén passaríe Guardastagno; y habénlo esperat un bon rato, lo va vore víndre desarmat en dos homens seus jun an ell, tamé desarmats com ell, que no se temíe res de alló; y cuan lo va vore arribá an aquella part aon volíe, cruelmén y ple de rencor, en una llansa a la ma, li va eixí al pas cridán:
- ¡Traidó, eres home mort!
Y dit aixó li va aventá la llansa al pit. Guardastagno, sense pugué di res en la seua defensa ni cap paraula, va sé atravessat per aquella llansa, va caure an terra y poc después va morí. Los seus homens no habíen reconegut al que u habíe fet, van girá los caps als caballs, y lo mes depressa que van pugué van fugí cap al castell del seu siñó. Rosselló, desmontán, en un gaviñet va obrí lo pit de Guardastagno y en les seues mans li va traure lo cor, y fénlo embolicá en lo pendó de una llansa, va maná a un dels seus criats que lo portare; y habén manat a tots que dingú diguere una paraula de alló, va torná a montá a caball y, sén ya de nit, va torná al seu castell. La Siñora, que habíe sentit que Guardastagno habíe de víndre a sopá aquella la nit, y en grandíssim dessich lo esperabe, com no lo vee víndre, se va extrañá mol y li va di al home:
- ¿Cóm es aixó, siñó, que Guardastagno no ha vingut?
A lo que lo home va contestá:
- Siñora, hay sabut de la seua part que no pot arribá aquí hasta demá. De lo que la Siñora se va quedá bastán enfurruñada.
Rosselló, desmontán, va fé cridá al cuiné y li va di:
- Agarra aquell cor de jabalí y prepara lo milló plat que sápies; y cuan estigue a la taula, fésmel arribá en una escudella de plata. Lo cuiné, agarrán lo cor y ficán en alló tot lo seu arte y tota la seua períssia, lo va fé a trossets y li va ficá moltes espéssies, y va prepará en lo cor un manjar per a chupás los dits. Micer Guiglielmo, cuan va sé hora, en la seua dona se va assentá a la taula. Va víndre lo minjá, pero ell, per la malesa cometuda, va minjá poc. Lo cuiné li va enviá lo manjar, y lo van colocá dabán de la Siñora, mostránse ell aquella nit desganat. La Siñora, que no estabe desganada, va escomensá a minjássel y li va pareixe bo, per lo que sel va fotre tot. Cuan lo caballé va vore que la Siñora sel habíe minjat tot, va di:
- Siñora, ¿qué tal tos ha paregut este minjá?
La Siñora va contestá:
- Monsiñó, a fe que m´ha agradat mol.
- Aixina me ajude Deu com u crec - va di lo caballé- y no me maravillo si mort tos ha agradat lo que viu tos va agradá mes que datra cosa.
La Siñora, sentit aixó, se va quedá una mica callada, y después va di:
- ¿Cóm? ¿Qué es lo que me hau donat de minjá?
Lo caballé va contestá:
- Lo que hau minjat ha sigut lo cor de micer Guiglielmo Guardastagno, a qui com dona desleal tan volíeu; y podéu está segura de que ha sigut aixó perque yo en estes mans lay hay arrencat del pit.
La Siñora, escoltán aixó de aquell a qui mes que a dingú volíe, si va sentí doló no ña que preguntáu, y después de un rato va di:
- Hau fet lo que faríe un caballé desleal y roín, Vach sé yo, sense forsám ell, qui lo vach fé siñó del meu amor; no ell sino yo tenía que patí este cástic. No vullgue Deu que detrás de un minjá tan noble com ha sigut lo cor de un tan valén y cortés caballé com micer Guiglielmo Guardastagno ere, may caigue un atre minjá. Y eixecánse, per una finestra que estabe detrás de ella, sense pensássu ni un momén, se va aviá. La finestra estabe mol alta, per lo que al caure la Siñora no sol se va matá, sino que se va fé a trossets. Micer Guiglielmo, veén aixó, se va assustá mol, y li va pareixe que habíe fet mal; y va tíndre temó dels llauradós y del conde de Provensa. Va fé prepará los caballs y sen va aná de allí. Al matí siguién se va sabé per tota la comarca cóm habíe passat lo cas. Los del castell de micer Guiglielmo Guardastagno y los del castell de la Siñora, en grandíssim doló y plos van arreplegá los dos cossos. Los van enterrá juns a la capella del castell de la Siñora, y van escriure uns versos dién quí eren los que estaben allí sepultats, y la manera y la raó de la seua mort.


JORNADA CUARTA. NOVELA NOVENA.




JORNADA
CUARTA. NOVELA NOVENA.





Micer
Guiglielmo del Rosselló done a minjá a la seua dona lo cor de micer
Guiglielmo Guardastagno, mort per nell y amat per nella; lo que
sabénu ella después, se avíe de una finestra alta y se mate, y es
enterrada en lo seu amán.





Habén
acabat la história de Neifile no sense habé fet sentí gran
compassió a totes les seues compañes, lo rey, que no volíe abolí
lo privilegi de Dioneo, no quedán dingú mes per narrá, va
escomensá:


Me
s´ha ficat al pensamén, siñores, una história que tos fará sentí
igual compassió o mes que la passada, perque mes alts van sé
aquells als que los va passá y lo acsidén va sé mes roín que los
que aquí se han contat hasta ara.


Debéu,
pos, sabé que, segóns conten los provensals, a la Provensa va ñabé
fa tems dos nobles caballés que teníen castells y criats. La un
teníe per nom micer Guiglielmo de Rosselló y l´atre micer
Guiglielmo Guardastagno; y com la un y l´atro eren mol avansats en
les armes, se volíen mol y teníen per costum aná sempre a tots los
torneos, justes o datres fets de armes juns y portán una mateixa
divisa.


Y
encara que cadaú vivíe al seu castell y estaben apartats la un del
atre mes de deu milles, va passá que, tenín micer Guiglielmo de
Rosselló una mol guapa y atractiva Siñora per dona, micer
Guiglielmo Guardastagno, fora de tota mida y pese a la amistat y la
compañía que ñabíe entre ells, se va enamorá de ella. Y tan va
fé, ara en un acte ara en un atre, que la Siñora sen va acatá; y
com sabíe que ere un caballé mol valén, li va agradá, y va
escomensá a vóldrel hasta tal pun que ya no volíe res mes que an
ell, y no esperabe mes que sé requerida per nell; lo que va passá
poc tems después, y juns van está una vegada y un atra, volénse
mol. Y aixina están juns, en poca discressió, va passá que lo home
sen va acatá y se va enfadá mol, hasta tal pun que lo gran amor que
li teníe a Guardastagno se va convertí en un odio mortal, pero u va
sabé tíndre amagat com los dos amáns habíen tingut lo seu amor; y
va dessidí matál.
Va passá que se va pregoná a Fransa un gran
torneo; lo que lo de Rosselló en seguida lay va fé di a
Guardastagno, y va maná díli que si volíe, aniguere aon ell vivíe
y juns pensaríen si anáy y cóm. Guardastagno, contentíssim, va
contestá que al día siguién sense falta aniríe a sená en ell.
Rosselló, sentín alló, va pensá que habíe arribat lo momén de
matál, y armánse, al día siguién, en uns homens seus, va montá a
caball, y a una milla del seu castell se va ficá amigat esperánlo a
un bosquet per aon seguramén passaríe Guardastagno; y habénlo
esperat un bon rato, lo va vore víndre desarmat en dos homens seus
jun an ell, tamé desarmats com ell, que no se temíe res de alló; y
cuan lo va vore arribá an aquella part aon volíe, cruelmén y ple
de rencor, en una llansa a la ma, li va eixí al pas cridán:


-
¡Traidó, eres home mort!


Y
dit aixó li va aventá la llansa al pit. Guardastagno, sense pugué
di res en la seua defensa ni cap paraula, va sé atravessat per
aquella llansa, va caure an terra y poc después va morí. Los seus
homens no habíen reconegut al que u habíe fet, van girá los caps
als caballs, y lo mes depressa que van pugué van fugí cap al
castell del seu siñó. Rosselló, desmontán, en un gaviñet va obrí
lo pit de Guardastagno y en les seues mans li va traure lo cor, y
fénlo embolicá en lo pendó de una llansa, va maná a un dels seus
criats que lo portare; y habén manat a tots que dingú diguere una
paraula de alló, va torná a montá a caball y, sén ya de nit, va
torná al seu castell. La Siñora, que habíe sentit que Guardastagno
habíe de víndre a sopá aquella la nit, y en grandíssim dessich lo
esperabe, com no lo vee víndre, se va extrañá mol y li va di al
home:
- ¿Cóm es aixó, siñó, que Guardastagno no ha vingut?


A
lo que lo home va contestá:


-
Siñora, hay sabut de la seua part que no pot arribá aquí hasta
demá. De lo que la Siñora se va quedá bastán enfurruñada.


Rosselló,
desmontán, va fé cridá al cuiné y li va di:


-
Agarra aquell cor de jabalí y prepara lo milló plat que sápies; y
cuan estigue a la taula, fésmel arribá en una escudella de plata.
Lo cuiné, agarrán lo cor y ficán en alló tot lo seu arte y tota
la seua períssia, lo va fé a trossets y li va ficá moltes
espéssies, y va prepará en lo cor un manjar per a chupás los dits.
Micer Guiglielmo, cuan va sé hora, en la seua dona se va assentá a
la taula. Va víndre lo minjá, pero ell, per la malesa cometuda, va
minjá poc. Lo cuiné li va enviá lo manjar, y lo van colocá dabán
de la Siñora, mostránse ell aquella nit desganat. La Siñora, que
no estabe desganada, va escomensá a minjássel y li va pareixe bo,
per lo que sel va fotre tot. Cuan lo caballé va vore que la Siñora
sel habíe minjat tot, va di:
- Siñora, ¿qué tal tos ha
paregut este minjá?


La
Siñora va contestá:


-
Monsiñó, a fe que m´ha agradat mol.


-
Aixina me ajude Deu com u crec - va di lo caballé- y no me maravillo
si mort tos ha agradat lo que viu tos va agradá mes que datra cosa.


La
Siñora, sentit aixó, se va quedá una mica callada, y después va
di:
- ¿Cóm? ¿Qué es lo que me hau donat de minjá?


Lo
caballé va contestá:


-
Lo que hau minjat ha sigut lo cor de micer Guiglielmo Guardastagno, a
qui com dona desleal tan volíeu; y podéu está segura de que ha
sigut aixó perque yo en estes mans lay hay arrencat del pit.


La
Siñora, escoltán aixó de aquell a qui mes que a dingú volíe, si
va sentí doló no ña que preguntáu, y después de un rato va di:


-
Hau fet lo que faríe un caballé desleal y roín, Vach sé yo, sense
forsám ell, qui lo vach fé siñó del meu amor; no ell sino yo
tenía que patí este cástic. No vullgue Deu que detrás de un minjá
tan noble com ha sigut lo cor de un tan valén y cortés caballé com
micer Guiglielmo Guardastagno ere, may caigue un atre minjá. Y
eixecánse, per una finestra que estabe detrás de ella, sense
pensássu ni un momén, se va aviá. La finestra estabe mol alta, per
lo que al caure la Siñora no sol se va matá, sino que se va fé a
trossets. Micer Guiglielmo, veén aixó, se va assustá mol, y li va
pareixe que habíe fet mal; y va tíndre temó dels llauradós y del
conde de Provensa. Va fé prepará los caballs y sen va aná de allí.
Al matí siguién se va sabé per tota la comarca cóm habíe passat
lo cas. Los del castell de micer Guiglielmo Guardastagno y los del
castell de la Siñora, en grandíssim doló y plos van arreplegá los
dos cossos. Los van enterrá juns a la capella del castell de la
Siñora, y van escriure uns versos dién quí eren los que estaben
allí sepultats, y la manera y la raó de la seua mort.